Manual de inmersión 2.0 para profesionales de la salud

sábado, 27 de abril de 2013

¿El estado emocional del médico puede afectar a la atención al paciente?


Henri Rousseau. Jardines de Luxemburgo, Monumento a Chopin

No hay duda, los buenos profesionales escuchan a sus pacientes. Empiezan haciendo preguntas abiertas y, a no ser que los pacientes se salgan del tema que están tratando, no suelen interrumpirles, sin demostrarles que tienen prisa a pesar de tener poco tiempo para dedicarles. Son médicos que siempre mantienen el contacto visual con sus pacientes, que  no se esconden detrás de la pantalla del ordenador. La conclusión es que el paciente sale de la consulta sintiéndose escuchado y respetado. 


Pero los buenos profesionales, además, tienen un "sexto sentido", me refiero a que son capaces de "leer entre líneas”. Es vital escuchar a los pacientes, pero los seres humanos somos complicados, y a veces no expresamos lo que queremos decir o no decimos lo que sentimos, incluso puede que no sepamos exactamente cómo nos sentimos. Podríamos decir que escuchar las palabras de un paciente, por sí solas, no es suficiente.


En esta línea, hay médicos excepcionales que han perfeccionado la habilidad de entender el lenguaje no verbal de sus pacientes, así como las sutilezas del lenguaje oral que ayudan a interpretar las historias que les explican con mayor precisión. Esto les otorga el potencial de dar una atención de mayor calidad.


Esta "ventana" que nos da información sobre el estado emocional del paciente es muy importante. Es "información" potencialmente necesaria y que no debe pasarse por alto en la atención personalizada.


Si profundizamos en esta idea, deberíamos tener en cuenta que la interacción médico-paciente implica a dos seres humanos. Por ello, en esta relación, además de los sentimientos de este último, es importante tener en cuenta el estado emocional del profesional, la situación anímica en la que se encuentre influirá decididamente en la atención que reciba el paciente.


Para que esta relación sea óptima, los pacientes deberían entender que los médicos también tienen días malos, que se deprimen, a veces incluso están enfermos y pueden ser tan irracionales como los propios pacientes. Incluso a veces se distraen, sus hijos les dan problemas, o sus relaciones de pareja no pasan por buenos momentos, hay a quien le afecta un trauma del pasado, y además puede que el paciente de la anterior visita no haya sido un paciente fácil. 


¿Qué sucede cuando los médicos tienen reacciones emocionales delante de sus pacientes? ¿Pueden perder fácilmente la objetividad? ¿La toma de decisiones, hacer un diagnóstico y prescribir un tratamiento con un estado emocional alterado, puede poner en peligro el buen trato del paciente?

Entonces, ¿Cuál sería la respuesta a esta situación?


Desde mi punto de vista creo que es importante poner atención y ser conscientes del nivel de estrés y la carga emocional que se está soportando en el momento de atender a los pacientes. Si es posible detectar una situación en la que hay reacciones emocionales intensas, sean las que sean, deberían recordar que estas se pueden reflejar en el estado de ánimo de sus pacientes, afectando de esta manera la comunicación y por tanto su relación.   

La respuesta pues, sería conseguir el hábito de ser más conscientes de sus propias emociones, y así evitar que pudiera alterarse el juicio clínico.

Y tú, ¿cual crees que sería la respuesta?

miércoles, 17 de abril de 2013

Afectividad en las redes sociales como tratamiento a los problemas de salud



Hace unos días que me pregunto si las redes sociales, además de compartir conocimiento son capaces de transmitir emociones entre sus usuarios. El post del doctor Casado: La soledad como problema de salud pública  y su reflexión sobre si  “las redes sociales pueden aportar algún valor a la salud de los pacientes” me ha llevado hoy a hacer esta entrada en mi blog.


Se ha escrito mucho sobre las aportaciones que pueden hacer las redes sociales en la autogestión de los cuidados en salud, pero pienso que el aspecto emocional no ha sido suficientemente abordado, es decir, se ha debatido sobre los aspectos cuantitativos de este tipo de relaciones y sus beneficios, pero poco se ha dicho sobre el aspecto cualitativo y su influencia sobre el paciente.

En concreto, me refiero al nicho de relaciones que el ser humano entreteje a lo largo de su vida para hacer frente al dolor, a la adversidad, a la dicha, a la felicidad… y que no pueden ser plasmados en las redes sociales. Esos espejos sociales que nos permiten reconocernos en los otros, compartiendo nuestra intimidad y dejando aflorar nuestra vulnerabilidad, creandos vínculos emocionales que actúan contra la soledad, el aislamiento social, el desamparo y la desesperanza.



Ricardo Devis habla de Redes Sociales Emocionales o Redes Sociales Reactivas (Responsive Social Networks), que son capaces de adecuarse a los estados de ánimo de sus usuarios, más allá de la interacción entre estos. El resultado es que en las comunidades on-line de enfermos crónicos o con enfermedades graves, se da más crédito a las experiencias directas de contenido emocional, que a las informaciones científicas y más precisas de los entornos sanitarios profesionalizados.



Como consecuencia de esta idea, las redes deberían poder ajustar sus contenidos en razón del estado de ánimo en que se encuentre el usuario y mostrarle preferentemente perfiles de personas dispuestas a ayudarle (cuidadores profesionales y voluntarios), así como testimonios de otros usuarios que luchan por superar la misma enfermedad, creando redes de salud 2.0 en las que puedan expresarse emociones,  y cada expresión de un estado emocional concreto, suponga un beneficio para el paciente.


Aunque parezca un objetivo dificil de conseguir, no estamos tan lejos de alcanzarlo, de hecho, ya se ha creado una plataforma web innovadora en esta linea. La web Emotions Mirror, es capaz de permitir al usuario que exprese sus emociones libremente y en perfecto anonimato, con seguridad y privacidad, y ademas, dotada de una función que analiza las emociones, y hace un seguimiento individual para poder apoyar y fortalecer las relaciones sociales.  Webs como Emotions Mirror resultarán ser no sólo emocionales, sino que aportaran un valor cualitativo incalculable en las relaciones entre pacientes.


Numerosos estudios avalan la hipótesis sobre la importancia de las relaciones sociales en el abordaje de los problemas de salud, uno de los muchos ejemplos que conocemos es el estudio LACE (Life After Cancer Epidemiology) realizado en supervivientes de cáncer de mama, y publicado en Breast Cancer Research and Treatment, cuyos resultados refuerzan las conclusiones a las que hace referencia el doctor Casado, considerando que hay otros factores, no médicos, implicados en la supervivencia a largo plazo de las pacientes con cáncer de mama. 

El mensaje es claro: siempre es conveniente no aislarse de las relaciones sociales y, sobre todo, que estas sean de calidad.

sábado, 13 de abril de 2013

Paciente experto: Sueño o “pesadilla”



Ha habido un aumento de las enfermedades crónicas en los últimos años, situándolas como la principal causa de muerte. Esto ha generado importantes cambios asistenciales, como el impulso de los cuidados personales y la puesta en marcha de iniciativas como la de pacientes expertos.


El cuidado de los enfermos crónicos supone una carga económica enorme sobre el sistema público de salud, sobre cuidadores informales, el mercado laboral y las prestaciones económicas. Por lo tanto, en la política de muchos países se fomentan los pacientes "expertos" en la autogestión de sus cuidados, por el impacto positivo en costes y resultados (Wanless 2002). 


El concepto de paciente bien informado es también bienvenido por profesionales de la salud en España. Según una encuesta  realizada y difundida por semFYC a profesionales de la salud y presentada en su I Semana del Autocuidado, el 94% cree que los autocuidados son una medida eficaz.


Sin embargo, el concepto de paciente experto, ya desde  sus inicios, ha generado también críticas, y la pregunta que someto a debate es si podría provocar antipatía entre los profesionales de la salud.


Un paciente experto es una persona con confianza en sí mismo, con habilidades, información y conocimientos suficientes para desempeñar un papel central en la gestión de la vida de otros pacientes con enfermedades crónicas.


Por el contrario, para algunos profesionales, el término “experto” les lleva a pensar en aquel paciente que se nutre de información de baja calidad en fuentes diversas, provistas por Internet. Además es un paciente que exige un tratamiento muchas veces inadecuado o astronómicamente caro, o incluso en una situación peor, un tratamiento del cual el médico no ha oído hablar y mucho menos ha prescrito.


En Reino Unido, solo el 21% de los médicos están a favor de las propuestas del gobierno sobre el paciente experto, y baja hasta el 12 % los que piensan que mejoraría las relaciones médico- paciente. 


Para estos médicos ansiosos y con exceso de trabajo, el paciente “experto” es el paciente exigente, no razonable y que precisa más tiempo para su educación en salud. El concepto de paciente experto es en realidad algo muy diferente a este estereotipo poco atractivo. El programa paciente experto hace más hincapié en el desarrollo de la confianza y habilidades para mejorar la calidad de vida en asociación con los profesionales de la salud. Las investigaciones muestran que estos pacientes hacen un mejor uso del tiempo del profesional, en un escenario colaborativo en oposición al descrito anteriormente. 


Para evitar tensiones innecesarias, los expertos en las relaciones médico-pacientes, están buscando  otra denominación para estos enfermos. Coulter ha propuesto "autónomo", viendo la autonomía como la antítesis de dependencia. El término "involucrado", es otra de las alternativas, requiere de la participación de ambas partes (médico y paciente), en lugar de considerar al profesional de la salud como reemplazable. Ni autoritario ni condescendiente, la participación es una forma de relación a la que muchos y buenos médicos darían la bienvenida.

miércoles, 10 de abril de 2013

¿Los pacientes socios o fichas?






Ultimamente estoy viendo en las redes sociales un debate fascinante centrado en el compromiso del paciente como corresponsable en la buena gestión de los recursos sanitarios. El concepto de paciente como socio, y no solo como centro del sistema, es un concepto que aún veo lejano y que me hace plantearme si realmente está siendo adoptado por los profesionales o es un mero formulismo. 

Como partner de su propia Salud, será importante para cada individuo, y más allá de la calidad técnico-cientí fica de cada atención clínica concreta que reciba, res ponsabilizarse de:
  1. Su educación sanitaria.
  2. Adoptar medidas de prevención que le sean recomendadas.
  3. Saber interpretar sus síntomas, para comunicarselo a su equipo de salud.
  4. Responsabilizarse de estar adecuada mente informado sobre su Salud, y así poder dar adecuadamente el con sentimiento cuando proceda.
  5. Seguir la prescripción médica que se le ha marcado.
  6. Respetar los compromisos de citas con su equipo de salud.
  7. Modificación de las pautas nutritivas y de estilo de vida que le sean recomendadas.
  8. Informar a su equipo de salud de cualquier incidencia que pudiera influir en la evolución de su Salud vista como un todo integral. 
La corresponsabilidad compartida, va desde el propio autocuidado al vínculo responsable con su equipo asesor de salud; actuando más como un socio que como una ficha

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